domingo, 27 de noviembre de 2011

El periodismo y la hibridación de los humanos en la era de Google

Por Natalia Navarro (Periodista)


Natalia se levanta a la mañana temprano; el despertador del celular le avisa de que es hora de ir a trabajar. Pero antes enciende su PC, recorre los principales diarios a través de Internet, se informa de los principales hechos noticiosos. Luego toma el colectivo que la llevará a al estudio de radio donde lleva a cabo su labor periodística. Allí, enciende el micrófono y la luz roja le indica que es hora de salir al aire.
Al igual que la mayoría de la gente, Natalia pocas veces es consciente del rol mediador que todos estos objetos tecnológicos juegan en su vida diaria.

En este sentido, el filosofo francés Bruno Latour expresa en La Esperanza de Pandora que “hay un creciente número de de humanos que se entremezclan con un creciente número de de no humanos. La ilusión de la modernidad fue la creencia de que de que cuanto más crezcamos más separadas estarán la objetividad y la subjetividad, lo que daría lugar a un futuro radicalmente diferente de nuestro pasado. La objetividad y la subjetividad no son cosas opuestas sino elementos que crecen juntos, elementos cuya unión es irreversible. Si hemos de afrontar el reto, no lo afrontemos con la idea de que los artefactos son cosas. Los artefactos se merecen algo mejor. Se merecen ser recibidos en nuestra cultura intelectual como actores sociales de plano derecho ¿Median en nuestras acciones? No, ellas son nosotros”.

En el periodismo esta concepción es un factor clave. Pensemos: sin las tecnologías que canalizan nuestros mensajes, ¿qué sería de nuestra profesión? Aún más, ¿qué sería de la humanidad entera a falta de ellas? Son estos no humanos quienes posibilitan la interacción con nuestro público receptor. Por supuesto, por sí solos no son, ni dicen nada, pero a esta altura de la historia es imposible pensar qué podríamos ser si ellos no existieran. Alguien dirá que somos los humanos quienes hemos creado a estos no humanos, pero ¿cuántas veces son ellos han dado vida a capacidades o habilidades que ha su falta serían inconcebibles para nos?

La hibridación del sujeto con el objeto (y viceversa) de la que habla Latour, ya había sido proclamada, en relación a nuestro campo, por Marshall McLuhan cuando decía que “todos los medios nos vapulean minuciosamente. Son tan penetrantes en sus consecuencias personales, políticas, económicas, estéticas, psicológicas, morales, éticas y sociales que no dejan parte alguna de nuestra persona intacta, inalterada, sin modificar. El medio es el mensaje. Los medios, al modificar el ambiente, suscitan entre nosotros percepciones sensoriales de proporciones únicas. La prolongación de cualquier sentido modifica nuestra manera de pensar y de actuar, nuestra manera de percibir el mundo. Cuando estas proporciones cambian, los hombres cambian”.

Más allá del uso que hagamos de las tecnologías (o del uso que ellas hagan de nosotros), no podemos negar que el medio utilizado de alguna manera impone un modo particular de percibir y de entender el mundo. Y si no, consultémosle a Google, el gigante de la web, que con solo teclear un pedido y un hacer un click nos concede nuestros deseos de información. Dice Alessandro Baricco en Los Bárbaros, que “con las branquias de Google a estas alturas respira ya un montón de gente, con los ordenadores apagados, en cualquier momento de sus días”, porque la lógica de este buscador hace que podamos acceder a una cantidad de saber que antes nos estaba vedado. La mutación que esta herramienta produce en nosotros, es que partir de ella cambia nuestra manera de adquirir experiencias.

Finalmente, ¿qué relación tiene todo esto con el periodismo? Tal como la había definido en un ejercicio anterior para esta cátedra, “Un periodista ES o no es, no hay medias tintas. Y ¿qué es cuando es realmente? Básicamente un comunicador, entendiendo la comunicación como algo inherente al ser humano, un nexo entre las cosas que él puede ver, oír, presenciar y los sentidos que la gente construye a partir de los que la gente recibe de lo que recibe del periodista y de los que genera en otros ámbitos. Un periodista PUEDE hacerse cargo de lo que es o no. Un periodista (quien lo ES de verdad) QUIERE que esto sea así”.

Nuestra profesión se define por el contacto con la gente. Independiente de las transformaciones que puedan generar las tecnologías, en nuestro rol son herramientas que nos sirven para acercarnos a otras formas de concebir la realidad. Ellas nos transforman y transforman el mundo en el que vivimos, pero esto significa que a partir de ahora el periodismo se genere en una suerte de bunker, con acceso restringido y aislado de la sociedad. Las experiencias cambian, mediadas o no, pero subsisten y el contacto acara a cara sigue siendo fundamental.

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