Por Manuel Baravalle
Soy consciente de que existe una simpática representación social (una concepción en el imaginario colectivo) que pareciera decir que los psicoanalistas están todos locos, lo que lleva a preguntarme ¿Pero cómo no pensar lo contrario?
Si Jacques Lacan inicia uno de sus seminarios preguntando a sus oyentes si saben porque los planetas no hablan. Estimo, que infinidades de cosas pueden haberse cruzado por la cabeza de quienes asistieron, desde lecturas chatas y burdas como “¿Qué está diciendo este hombre?” hasta “¿Qué nos querrá preguntar realmente?”. Lacan da tres respuestas ante la insólita pregunta que plantea, el mismo dice:
Los planetas no hablan porque:
1) Se los ha hecho callar
2) No tienen tiempo
3) No tienen nada que decir
Nos vemos obligados a movilizarnos hacia un plano más abstracto.
En algún momento de la historia, la astrología dejaba hablar a los planetas, según su posición y otras características, los planetas efectivamente comunicaban algo al hombre. Distintas comenzaron a ser las cosas con el surgimiento de la ciencia moderna; Los planetas se callaron para siempre, ya que debido a los limites de su método experimental, la ciencia moderna no permite que nada se exprese, a menos que lo dicho se encuentre dentro de las leyes matemáticas, leyes de la física, o la biología, entre otras positivas.
Los planetas no tienen tiempo y no significa que algo los esté apresurando; La ciencia moderna es atemporal, quiero decir, “2+2=4” Se da tanto en occidente, como en oriente, en época de Sócrates o en plena posmodernidad. El tiempo, para la física, es irrelevante.
En nuestros días los planetas, ya no tienen nada para decir y a nadie pareciera importarle si estos tienen algo para comunicarnos.
Creo que tendrían razón en preguntarme o, mejor dicho, preguntarle a Lacan ¿Qué tienen que ver los planetas con el psicoanálisis? Voy a tomar el honor de responder por el...
Del mismo modo que la ciencia moderna calló a los planetas, hizo lo propio con los sujetos...
En algún momento de la historia los sujetos hablaban, se expresaban a través de eso tan intrincado que llamamos lenguaje, mediante el cual se producen actos fallidos, metáforas, metonimias, se relatan sueños, se expresan goces y angustias; Todas estas formas de expresión son vivencias subjetivas que son lo más singular que posee un sujeto y por ende no son suceptibles de homogeneización y estandarización, pero para la ciencia moderna todos estos factores no están expresados en lenguaje matemático, ni físico, ni químico, ni biológico. Por duro que suene la ciencia moderna, no da lugar a que el sujeto se exprese.
La importancia del cómo y sobre todo del cuando son muy importantes dentro de la palabra, más de una vez habrán escuchado la simpática frase que utilizaba el personaje que interpretaba Gaston Pauls: “¿Y ahora me lo venís a decir?” Pero, como mencioné anteriormente, la ciencia moderna es atemporal y el contexto temporal en la cual algo se ha dicho, resulta irrelevante. Los sujetos, a diferencia de los planetas, tienen muchas cosas para decir, pero el método empírico solo tiende a silenciarlos. Esos querubines del positivismo, pretenden promover salud mental silenciando con sus leyes, la única vía que el sujeto tiene, para que emerja la palabra verdadera y alivie su malestar.
Habría que prestar más atención al concepto que tenemos de “progreso”(de la ciencia).
*Texto publicado en la página del autor Los planetas...si hablan
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