miércoles, 2 de noviembre de 2011

Formulitas de Einstein

Por Manuel Baravalle

Soy consciente de que existe una simpática representación social (una concepción en el imaginario colectivo) que pareciera decir que los psicoanalistas están todos locos, lo que lleva a preguntarme ¿Pero cómo no pensar lo contrario?
Si Jacques Lacan inicia uno de sus seminarios preguntando a sus oyentes si saben porque los planetas no hablan. Estimo, que infinidades de cosas pueden haberse cruzado por la cabeza de quienes asistieron, desde lecturas chatas y burdas como “¿Qué está diciendo este hombre?” hasta “¿Qué nos querrá preguntar realmente?”. Lacan da tres respuestas ante la insólita pregunta que plantea, el mismo dice:

Los planetas no hablan porque:
1) Se los ha hecho callar
2) No tienen tiempo
3) No tienen nada que decir

Nos vemos obligados a movilizarnos hacia un plano más abstracto.
En algún momento de la historia, la astrología dejaba hablar a los planetas, según su posición y otras características, los planetas efectivamente comunicaban algo al hombre. Distintas comenzaron a ser las cosas con el surgimiento de la ciencia moderna; Los planetas se callaron para siempre, ya que debido a los limites de su método experimental, la ciencia moderna no permite que nada se exprese, a menos que lo dicho se encuentre dentro de las leyes matemáticas, leyes de la física, o la biología, entre otras positivas.
Los planetas no tienen tiempo y no significa que algo los esté apresurando; La ciencia moderna es atemporal, quiero decir, “2+2=4” Se da tanto en occidente, como en oriente, en época de Sócrates o en plena posmodernidad. El tiempo, para la física, es irrelevante.
En nuestros días los planetas, ya no tienen nada para decir y a nadie pareciera importarle si estos tienen algo para comunicarnos.

Creo que tendrían razón en preguntarme o, mejor dicho, preguntarle a Lacan ¿Qué tienen que ver los planetas con el psicoanálisis? Voy a tomar el honor de responder por el...
Del mismo modo que la ciencia moderna calló a los planetas, hizo lo propio con los sujetos...

En algún momento de la historia los sujetos hablaban, se expresaban a través de eso tan intrincado que llamamos lenguaje, mediante el cual se producen actos fallidos, metáforas, metonimias, se relatan sueños, se expresan goces y angustias; Todas estas formas de expresión son vivencias subjetivas que son lo más singular que posee un sujeto y por ende no son suceptibles de homogeneización y estandarización, pero para la ciencia moderna todos estos factores no están expresados en lenguaje matemático, ni físico, ni químico, ni biológico. Por duro que suene la ciencia moderna, no da lugar a que el sujeto se exprese.

La importancia del cómo y sobre todo del cuando son muy importantes dentro de la palabra, más de una vez habrán escuchado la simpática frase que utilizaba el personaje que interpretaba Gaston Pauls: “¿Y ahora me lo venís a decir?” Pero, como mencioné anteriormente, la ciencia moderna es atemporal y el contexto temporal en la cual algo se ha dicho, resulta irrelevante. Los sujetos, a diferencia de los planetas, tienen muchas cosas para decir, pero el método empírico solo tiende a silenciarlos. Esos querubines del positivismo, pretenden promover salud mental silenciando con sus leyes, la única vía que el sujeto tiene, para que emerja la palabra verdadera y alivie su malestar.

Habría que prestar más atención al concepto que tenemos de “progreso”(de la ciencia).

*Texto publicado en la página del autor Los planetas...si hablan

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